Han sido seleccionados los siguientes relatos…
Ya podéis venir a votar por vuestro favorito 🙂
LA FIERA
Repetimos la pregunta: ¿De veras merece la pena?. Respuesta: Si, que otra cosa podía hacer? La fiera me acorralaba día y noche como cazador a su presa. Cada vez era más sigilosa, apenas audible. Y yo no podía escapar, porque con el transcurrir de los días, todos sus sentidos se volvían más agudos y los míos más torpes. Todavía puedo oler su mal aliento, sentir su lengua recorriendo mi cuerpo, oír sus desagradables amenazas y sus garras apretándome cada vez más fuerte. Mi vida apenas tenía valor, pero un día cambió, dejé de serle útil. La fiera se cansó de mí; ya tenía una nueva víctima, más joven, más dulce, más tierna… Pero no podía consentírselo y mis sentidos cobraron vida: mis silencios de convirtieron en gritos, mi miedo en valentía, mi cobardía en audacia. La fiera cometió un error y esa fue mi victoria, porque a mi hija no la tocaría jamás. Y ahora ustedes, miembros del jurado, me preguntan si merece la pena mi castigo: sí, y mil veces sí.
SIN TITULO
– Repetimos la pregunta: ¿de veras merece la pena?. Respuesta:
– No hubo respuesta. Saúl siguió con la mirada baja, fija en un punto indeterminado de la mesa, escuchando a los policías con pasividad. Esa sala de interrogatorios claustrofóbica empezaba a pasarle factura: le dolía la espalda y un sudor incipiente brillaba en su frente. Claro que merecía la pena: no iba a contarles nada. No iba a contarles cómo, después de 5 años de ausencia, lo convirtió en cómplice de su crimen. Tampoco que a estas alturas debía estar ya en la Costa Azul. Pero sobretodo no iba a contarles lo mucho que echaba de menos bailar con ella a ritmo de Aretha Franklin en medio del salón; descalzos, lento. Sintió una punzada en el pecho, cerró fuerte los ojos y se lamentó para sí: “maldita seas”.
– Agente, lléveselo al calabozo. Cómo odio interrogar a los amantes.
LA VENTANA
Repetimos la pregunta: ¿de veras merece la pena? Respuesta: necesito esa respuesta – dijo ella una entre lágrimas. Mientras ella decía aquello una vez más él seguía sentado con pasmosa tranquilidad en el quicio de la ventana. Sus pies suspendidos en el vacío, las manos a ambos lados de los muslos y la mirada clavada en aquellos pájaros que una tarde más cruzan el cielo en busca de latitudes más cálidas. Aquella habitación se había convertido desde hace años en una cárcel de libros y responsabilidades, facturas y peleas. Y aquella misma tarde había decidido dejarla atrás de la mejor de las maneras posibles: con un final made in Hollywood, uno del que hablasen las vecinas del bloque durante años; así que no se lo pensó, se encaramó a la ventana, esperó a que se congregase un buen grupo de curiosos, que la prensa local tomase posiciones y la policía acordonase el lugar. Entonces, sin pensarlo dos veces: abrió sus alas y voló.
Mi favorito es el de La Ventana. Me parece que mantiene muchísima tensión hasta el final de la narración. Se sugiere que todo está perdido y parece que la historia terminará en tragedia, pero entonces hay un giro y todo tornaa un final feliz, lleno de esperanza. Un querer huir, un salir volando; ver las cosas desde lo alto, con perspectiva. Me gusta!
Muchas gracias por tu comentario…
Este fin de semana ya tendremos el ganador.